UN SER ESPECIAL
Desde
mi atalaya, contemplaba ufano el amanecer. Era aún invierno. Una fresca brisa
que había empezado como a las doce de la noche, movía el follaje de palmeras y
árboles, produciendo un susurro agradable. El sol lanzaba sus oros como saetas raudas bajo los follajes como buscando
insondables misterios que la noche había cobijado con su sábana obscura. Una
tenue neblina brotaba de los humedales, vaporoso vestido común de estas tierras
hermosas, esa ves en que miré lo que relato.
Casi
sobre el filo del despeñadero con ramas de Ojite y Palo blanco, había formado
un discreto e invisible parapeto, que se confundía notablemente con el paisaje
circundante, integrándose perfectamente
a los colores y sombrajes de esa parte del hermoso lugar.
Había
a permanecido en él por tres días y noches, escuchando y mirando todo lo que
podía de los habitantes de la fronda, entre los que había apreciado aves como
los Picos Reales, Pájaros Cu, Picos de Canoa, Totocalcas, Pájaros Carpinteros,
Azulejos, Cardenales, Calandrias, Primaveras, Tullonas, Palomas de anda pié,
moradas y azules, Torcazas, pájaros uveros; ví también unos enormes zopilotes
reales, Cojolites, Faisanes, Chachalacas, Papanes reales, y Papanes comunes,
aunque son de los habitantes del bosque
los más curiosos y escandalosos, no me descubrieron jamás en mi bien diseñado escondite.
Por
el sendero que discurría abajo de mi observatorio pasaron Mapaches, Tejones,
Jabalíes, Osos hormigueros, Venados de tres clases, Cola blanca, Temaza tes, y
Cuernicabra, Pumas, Tigrillos, Guepardos, Cincos, Onzas, Tigres, Martuchas,
Perros de agua, Coyotes, Armadillos, Tlacuaches, Zorras, Tepechiches, animales
todos que se distinguen entre la basta fauna de esa región tropical
Pero
lo mas impactante, raro y misterioso que observé, y que creo por una gran
casualidad y especial oportunidad, fue a un personaje único. A un ser humano
único, misterioso, diferente y raro, que furtivamente pasó bajo mi observatorio
esa mañanita fresca y sombría. Él venía en silencio como una leve y flotante
sombra entre las sombras. No producía ningún sonido al avanzar por el sendero
casi invisible cubierto de hojarascas. Era un ser humano de talla mediana., de
tez broncínea, cabellera larga y negra, que portaba atada con unas cintas de
piel atrás de su nuca. Distinguí sobre
una de sus orejas un adorno que era una gran garra de algún animal, adornada
con plumas rojas. Sobre el puente de la nariz una gran espina recta ó cuña de
madera le atravesaba la piel, de la que guindaban unos adornos, como huesillos
de algún fruto y que simulaban cuentas redondas. Iba casi desnudo, sobre sus
genitales traía puesto un pedazo de piel suave de color ocre que se los
sujetaba y cubría, y que en la parte trasera se le metía entre las nalgas
saliéndole rumbo a la cintura en dos delgadas tiras con las que se sujetaba
bien amarrada dicha prenda. Le colgaba
de la cadera izquierda una bolsa cuadrada, que se notaba llena de sus
pertenencias.
Como
arma portaba una larga vara de madera oscura que se notaba dura, con ambas
puntas aguzadas y nada más. Así de simple era su indumentaria, mas, este
personaje por su ligereza al marchar sobre la trocha, se integraba al paisaje
tan armónicamente como una parte integral y especial del monte, mostrando con
ello que este era su hogar.
Pasó
tan discreto, rápido y silencioso, como una leve sombra bajo el paisaje
manchado de la bajo sombra de los árboles, que ahora me parece como si no lo
hubiese visto, como si solamente lo hubiera imaginado, mas los detalles que
apunto, se me quedaron grabados en la mente y he meditado mucho al respecto
analizando que deben existir en todos los lados del mundo, en todos los montes
selvas y terrenos, animales y seres como
este. Que son discretos, tímidos y solitarios, habitantes que disfrutan de la
soledad viviendo en
los límites de lo habitable, conservando su independencia sobre la raza humana
actual. Seres que viven en las orillas del tiempo, huraños solitarios, los que
habitando siempre
en las sombras se convierten también en sombras.
S.a.C.f.
Altamira, Pue. Diciembre del
2001.
No hay comentarios:
Publicar un comentario