POLIGRAFÍA DE SENTIMIENTOS
Inicio.
E
|
l cielo
nublado me recordaba algo, algo que mi mente no podía precisar. Era algo
desagradable ya que mis sentimientos se negaban a escarbar en sus pasajes
tortuosos que ocultaban cosas que solo alguien como yo, sin muchos prejuicios y
casi sin conciencia podía soportar.
Soy
un hombre de apariencia común y corriente, pero con una carga cerebral pesada,
que hay veces me atosiga y ata a cuestiones no muy de mi gusto. La mayoría de
las veces mis ojos y manos dicen sus cosas, mas mi mente me conduce a otras,
como si dentro de mí viviesen cuatro o cinco seres distintos entre sí. Claro que
amo y quiero, razono y analizo, odio y aborrezco, más siempre como de una
dimensión u órbita distinta, o sea que puedo ser actor principal de un hecho y
a la vez observador agudo de mi propio acto, lo que me hace ser dual.
Esa
certeza sobre mi manera de ser jamás me ha causado problemas, al contrario, mi
vida ha sido muy entretenida y diversa. Al principio como a la edad de doce o
trece años, me cuestionaba todo, lo que me hacía ser indeciso, pero al fin emboné
todas las piezas y me dije: “A partir de ahora me conformaré con ser lo que
soy. Satisfecho de mis defectos y cualidades (si es que las tengo), viviré
plenamente hasta el último segundo de mi vida, sin sentirme amargado por odiar
mucho o por amar mucho, trataré de darme al cien por ciento en todo lo que me
proponga: Trabajo, placer, odio, amor, ansia, deseo, en fin, debo derrochar mi
cuerpo sin sentir lástima de él, sino aquilatando en todo lo que cabe lo que la
naturaleza hizo de mí. Un ser común y corriente, un ser que camina con los pies
bien firmes en la tierra, un ser que vive en un mundo único, al que le debo dar
todo lo que tengo, por humano.
Abril 8 de
1992.
No hay comentarios:
Publicar un comentario