viernes, 7 de marzo de 2014

POLIGRAFÍA DE SENTIMIENTOS
Inicio. 



E
l cielo nublado me recordaba algo, algo que mi mente no podía precisar. Era algo desagradable ya que mis sentimientos se negaban a escarbar en sus pasajes tortuosos que ocultaban cosas que solo alguien como yo, sin muchos prejuicios y casi sin conciencia podía soportar.
Soy un hombre de apariencia común y corriente, pero con una carga cerebral pesada, que hay veces me atosiga y ata a cuestiones no muy de mi gusto. La mayoría de las veces mis ojos y manos dicen sus cosas, mas mi mente me conduce a otras, como si dentro de mí viviesen cuatro o cinco seres distintos entre sí. Claro que amo y quiero, razono y analizo, odio y aborrezco, más siempre como de una dimensión u órbita distinta, o sea que puedo ser actor principal de un hecho y a la vez observador agudo de mi propio acto, lo que me hace ser dual.
Esa certeza sobre mi manera de ser jamás me ha causado problemas, al contrario, mi vida ha sido muy entretenida y diversa. Al principio como a la edad de doce o trece años, me cuestionaba todo, lo que me hacía ser indeciso, pero al fin emboné todas las piezas y me dije: “A partir de ahora me conformaré con ser lo que soy. Satisfecho de mis defectos y cualidades (si es que las tengo), viviré plenamente hasta el último segundo de mi vida, sin sentirme amargado por odiar mucho o por amar mucho, trataré de darme al cien por ciento en todo lo que me proponga: Trabajo, placer, odio, amor, ansia, deseo, en fin, debo derrochar mi cuerpo sin sentir lástima de él, sino aquilatando en todo lo que cabe lo que la naturaleza hizo de mí. Un ser común y corriente, un ser que camina con los pies bien firmes en la tierra, un ser que vive en un mundo único, al que le debo dar todo lo que tengo, por humano.

Abril 8 de 1992.


No hay comentarios:

Publicar un comentario