lunes, 24 de marzo de 2014

PRADERAS ELOCUENTES

Una parda melancolía se precipita
como lluvia en ardiente carretera,
llevándose el polvo oscuro que genera
la nostalgia, que paciente regurgita
este ser que de ti ya necesita
tu presencia tan genuina que lo altera,
motivando su ansiedad constantemente
por desear con pasión tu lozanía,
y el sentirse voluntario, pues sabía
que eras flor de sus praderas elocuentes.

Si, tus plañideras quejas viejas, no provocan
más que mustias necedades que cohabitan
con las regias voluntades que se agitan
por tus ansias amatorias que me tocan
irrumpiendo mis bondades que se alocan
por tan solo tus bellezas que repican
cual campanas acunando tus bondades
precursoras de los cándidos celajes
ofrecidos hace tiempo en los oleajes
que lanzabas con ternura a cantidades.

Y ahora entiendo tus envíos ¡Señora mía!
se del hondo paroxismo que se agita
con extremos humedales que me invitan
cual supremo comensal de tu alegría.
Gracias pues, linda mujer por tu empatía
que brota siempre en la actitud que te visita,
con perenne plenitud de perla ardiente,
como corola abermellada de una rosa,
como el efluvio volantín que se solaza
en la penumbra oscurecida de tu amante.
22 de Abril del 2002.  11.43 Hrs.

Xalapa, Ver.  Cris- Nap.

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