PRADERAS ELOCUENTES
Una parda melancolía se
precipita
como lluvia en ardiente
carretera,
llevándose el polvo oscuro
que genera
la nostalgia, que paciente
regurgita
este ser que de ti ya
necesita
tu presencia tan genuina
que lo altera,
motivando su ansiedad
constantemente
por desear con pasión tu
lozanía,
y el sentirse voluntario,
pues sabía
que eras flor de sus
praderas elocuentes.
Si, tus plañideras quejas
viejas, no provocan
más que mustias necedades
que cohabitan
con las regias voluntades
que se agitan
por tus ansias amatorias
que me tocan
irrumpiendo mis bondades
que se alocan
por tan solo tus bellezas
que repican
cual campanas acunando tus
bondades
precursoras de los
cándidos celajes
ofrecidos hace tiempo en
los oleajes
que lanzabas con ternura a
cantidades.
Y ahora entiendo tus
envíos ¡Señora mía!
se del hondo paroxismo que
se agita
con extremos humedales que
me invitan
cual supremo comensal de
tu alegría.
Gracias pues, linda mujer
por tu empatía
que brota siempre en la
actitud que te visita,
con perenne plenitud de
perla ardiente,
como corola abermellada de
una rosa,
como el efluvio volantín
que se solaza
en la penumbra oscurecida
de tu amante.
22 de Abril del 2002. 11.43 Hrs.
Xalapa, Ver. Cris- Nap.
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