domingo, 2 de marzo de 2014

EL FISGON
Me levanto presuroso
y por el vano de la puerta
me asomo, pues siempre alerta
me la vivo, por si el esposo
de la vecina , engorroso
se citó con la sirvienta
o tal vez el escuinclito
que vive del otro lado,
otra vez ya se a orinado
al pie de aquel arbolito.

Y el carro del Licenciado,
ese gordo de la esquina,
quema mucha gasolina
porque nunca lo a afinado
por codo, ¡Mendigo empleado!
refundido en su oficina.
No le pasa la quincena
entera a su  fiel esposa,
la que solloza y solloza
por no surtir su alacena.



Y ya me fijé de la niña
esa bonitilla y linda,
que parece que se brinda
como melado de piña,
que con paciencia se aliña
para el chavo que se guinda
todas las tardes de ella
que parece un calamar,
nomás se les va en fajar
tras la puertecita aquella.

Y el zapatero gorrón
que fuma de sus amigos,
ya se enroló en los testigos
de Dios, por puro cabrón,
pues en esa religión
le invitan sus enemigos.
Ya me lo caché ligando
con la sirvienta del Lic.
como es bizca le hace clic
su oclayo al irla fajando.

Y la señora esa, bonita,
que se pone pantalones
brillosos, entalladones
pa` lucirse señorita,
yo la miré calladita
meterse por los portones
del Motel aquel de allá,
ese de la Calle Lucio,
el que siempre tiene sucio
su anuncio de publicidad.

- Yo me asomo solamente
pa` estar al alba y al día,
no vaya a ser que la Tía
del vecino que` s agente
se equivoque y de repente
me mande a la policía.
Por eso es que estoy pendiente
y echo un ojo discretón.
- ¡Que no me digan fisgón,
 ´stoy alerta solamente.
                                ¡ O no !
13.14 Hrs. del 14 de Mayo del 2002.

Xalapa, Ver. S.a.C.f.

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