domingo, 2 de marzo de 2014

MARIA ANDREA

Del Estado de Puebla, municipio de Venustiano Carranza.



En la vastedad inmensa
de la Sierra Madre,
en una ladera,
en un socavón antediluviano ,
junto de un arroyo
y cerca de un río,
está María Andrea.
Pueblo que naciera revolucionario.
Entre dos estados,
Puebla y Veracruz,
¡Quiso ser poblano!
Mas tiene retoques del Veracruzano,
por que se amanece
oyendo a los tordos
y a las primaveras,
y el ojo descubre
sobre sus laderas
enraizados Jobos,
Sonoyos e Higueras,
Ceibos y Caobos.
Y el Palo de Rosa
en Abril florea,
Cedros, Tamarindos,
al par señorean
sobre sus laderas
que el Maíz verdea.
El Mamey y el Hule
y el Sangre de Grado,
misteriosos brindan
sus troncos picados.
Y en sus cercos tiene
Chacas y Cocuites,
y nos brinda vasto
el pulposo fruto de los Chalahuites;
y nos llega hay veces
el extraño aroma de algún Pimentero
y nos extasía con el dulce aroma
de los Limoneros.
¡María Andrea!
Tu eres puro aroma,
hueles a Cilantro,
a tierra mojada,
a Pápalo, a campo,
a hierba estrujada.
¡María Andrea!
Tu lloviznas alegrías
y nos das todos los días,
de tu río el murmullo,
que nos sirve de arrullo.
Tus atardeceres tienen magias
que tu, dadivoso contagias
mientras te contempla extasiada
la Peña Colorada, (+1)
que guarda como prenda
de un encanto la leyenda.
¡María Andrea!
Tu tiene derroches
de esencias sensuales,
del Huele de Noche
y la Resedá;
de las Limonarias,
del Galán de Noche,
del Brota de Noche
bella flor fugaz.
Tienen tus neblinas
ansias pueblerinas,


de arropar ternuras
o alguna aventura;
pues de tus nativos
¿quien no ha sabido?
De noches de luna
con buena fortuna,
donde la muchacha
daba el si anhelado
y a los cuantos meses
ya estaban casados.
¡María Andrea!
Estás donde quieres
pues bien elegiste,
así a tus nativos
estilo les diste,
porque tú forjaste
una nueva raza,
ya que de Poblanos
y Veracruzanos,
nacieron SERRANOS
DE LAS TIERRAS BAJAS.
Gente bullanguera,
valiente sincera,
que orgullosa vive
por ti, ¡María Andrea!









Marzo de 1988

NOTA: (+1) Peña Colorada, perteneciente al municipio del Jálpan a sido guardián eterno y vigilante extremoso de María Andrea, cuenta la leyenda que existía una cueva en donde el tiempo avanzaba, entrabas niño y salías viejo, y que ahí anidaban lo zopilotes y las auras, a los que si les robabas uno de sus huevos y lo hervías, se convertían en piedra imán.

No hay comentarios:

Publicar un comentario