AUTO RETRATO
Lo que me distingue es
una calvicie rotunda,
y en mis miradas
abunda
lo soñador, la
altivez.
En mi frente ya el estrés
imprime su voz
profunda,
los pocos pelos
sobrantes
se despeñan por mis
sienes,
como desgajados vienes
que ruedan
agonizantes.
Y es mi nariz
aplastada
quien resalta
rudamente
pues me brota de
repente
cual península
alargada
que descuelga
despeñada
hacia mi boca
irredente,
sardónica, envigotada
con unos pelos
canosos,
el resultante de los
gozos
se me nota en la
papada.
Algo partido el mentón
distinguible del
conjunto,
es el irónico punto
de este entusiasta
pelón,
que en décimas es
entrón
para trovar un asunto.
Mi autorretrato traté
de pintar sin
presunciones,
nada más por las
razones
que en mi versada
tracé. 13.58 Hrs.
¡Tran-tran!
Un 14 de Mayo del
2002.
Xalapa, Ver. S.a.C.f.
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