OBCERVANDO A UNA AVECILLA
Chipe
coroninegro
(Wilsonia pusilla)
Hembra.
El
Avecilla brincoteaba entre el verde follaje de las jóvenes hayas plantadas a la
orilla del lago. Con nerviosismo, el
pequeño ser se disfrazaba entre el tremolar de las hojas que por
instantes le protegían de mis miradas.
Yo
trataba de distinguirlo para admirar sus formas, pero el, era tan inquieto que
solo me dejaba adivinar su frágil silueta entre el verdor sublime de las
móviles hojas.
De
repente, el pajarillo detuvo un instante su inquieto brincotear y pude ahora si, observarle a placer. Mediría
de pico a cola como unos seis centímetros, era de color amarillo, con la
cabecita, las alas y los lomos de color gris oscuro, sus ojillos negros,
brillantes como cuentas de chaquira, su pico pequeñísimo era negro, sus
frágiles y leves patas eran grises. Parado ahí en la rama no dejaba de mover su
cabeza y cola, con inquietas actitudes, como si se encogiera y estirara,
prendido con sus patitas de la gris y áspera corteza de la rama, donde por un
breve instante me permitió admirar su belleza viva y reluciente.
Luego
continuó sus brioncoteos nerviosos perdiéndose a mis miradas entre el verde
follaje de la joven haya, que orgullosa se erguía para mirar su silueta
reflejada en el tremolar del espejo del
verde lago.
9.48 Hrs.
En Los Lagos, Xalapa, Ver. Un 27 de
Abril de 1997.
S.A.c.F
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