martes, 18 de junio de 2013

LAS BRUJAS



En las noches estrelladas
noches negras y sin luna,
entre la brillante bruma
dicen que vuelan, cegadas
por el hambre, ya cebadas
salen a chupar ansiosas,
¡Las brujas! Viejas odiosas
que desangran las criaturas,
volando en noches oscuras
lóbregas  y tenebrosas.

Sobre los techos se posan
en mil sombras confundidas,
por penumbras guarnecidas
muy despacito se gozan
y con cuidado destrozan
un lugar para mirar,
a ver si pueden chupar
a algún niñito dormido
que yace desprotegido
acurrucado en su hogar.

Si ven algo de interés
con sus ojos deslumbrantes,
se disponen muy campantes
afianzándose en sus pies,
y con mucha rapidez
sacan su aguja y su hilo,
y con delicado estilo
introducen con cuidado
por el techo ya agujerado
el delgadito pabilo.



Con puntería milagrosa
clavan su aguja en el cuello
del placido niño bello
que bien dormido, solloza,
y la sangre que rebosa
por el hilo se levanta
chupada por la garganta
de la bruja vieja ansiosa
que sorbe hambrienta y golosa
y que ávida se atraganta.

Después de haberse saciado
recoge sus instrumentos,
y volando entre los vientos
cruza sobre los tejados,
dejando ya desangrados
a varios niños muriendo,
mientras que se va sintiendo
su panza que le revienta.
Se aleja como tormenta
entre las nubes metiendo.

- Pa` que esto no te suceda
aquí el consejo te doy.
Como de experiencia soy
ninguna bruja me enreda,
fíjate bien y arremeda.
-  Coge unas simples tijeras
y si no te desesperas
pásate un rato velando,
porque las brujas volando
son canijas de adeveras.



Cuando mires que del techo
se descuelga aguja e hilo,
¡Corta el mendigo pabilo!
de un solo tajo, derecho,
y solo pa` tu provecho
la hebra con que te quedaste
y con valentía cortaste
enrédala entre la tijera,
pa` que la bruja matrera
se entere, que la fregaste.

Y al otro día, búscate
a alguien que lengua no tenga,
y actúa como te convenga
ya que a la bruja encontraste,
pues la lengua le mochaste
con actitud valerosa.
Jamás volverá la cosa
a chuparte más criaturas,
ni volará en las alturas
esa arpía tan horrorosa.

Esto pues me platico
Doña Procuela, señora
que en su memoria atesora
cosas que antaño vivió,
su consejo me sirvió
pues no viví en la negrura
de la maldición oscura
de la brujas voladoras,
horribles viejas señoras
de repulsiva figura.

Allá en la sierra viví
extraños lances y cosas,
algunas tan horrorosas
como la que describí,
más cuando de allá me salí
metraje muchas historias
que hoy recuerda mi memoria
con gusto pleno y preciso,
que me e echado el compromiso
que no queden transitorias.

El folclor en los poblados
es un tesoro guardado,
que se encuentra acrisolado
en los relatos contados
por narradores honrados
con magníficos talentos,
los que platican sus cuentos
con fantástica ilusión,
pues le ponen corazón
a sus historias e inventos.








21.32 Hrs. el 16 de Mayo del 2003.
Ave. 20 de Noviembre Nº. 35
Xalapa,Ver.















No hay comentarios:

Publicar un comentario