sábado, 15 de junio de 2013

EL ATARRAYADOR






Esta historia me contó
Abacú, un buen amigo,
el mismito fue testigo
pues con el ente topo
cuando en la noche salió
a Chonear* al Río Cazónes,
zurrándose en los calzones
por el susto que le dio
una sombra que brotó
imitando sus acciones.

Abacú, bueno pa`l  río
salio a buscas acamayas
y cargando su atarraya
se dijo.- Hoy que hace frío
voy en busca de lo mío,
unas Chalílas*1 matreras,
ahí mero en las chorreras
echare mi redecilla
y puéque jale a la orilla
mi almuerzo, o lo que prefieras.

Anduvo por un buen rato
atarrayando contento,
sintiéndose en su elemento
como en la laguna un pato;
pero su destino ingrato
vil sorpresa le tenía,
se le atravesó en su vía
“El Atarrayador” espanto
del que le contaba tanto
el viejo José María.

 - Abacú, le decía el viejo.
cuando vallas a Chonear
que no te valla a espantar
el Atarrayador pendejo,
el bicho asusta parejo
más si te haya descuidado,
a muchos los a espantado
sorprendiéndolos de plano
por eso te digo hermano,
ándati haya con cuidado.

Y ahora sintió escalofrío
al vislumbrar la presencia
del  Atarrayador, esencia
de lo malsano de río;
quien le produjo un vacío
en la panza y en el  pecho,
se sintió todo desecho
al oír del otro lado      
como un eco reflejado
los ruidos por un buen trecho.

Cosa curiosa, se dijo,
este engendro que me imita
allá en la orilla se agita
imitándome de fijo;
- ¡ Porque no busca cobijo
con otro que no seda yo!
¡ya este espectro me fregó!
¿Por qué se empeña en seguirme
con su sombra maldecidme
cual mendiga maldición?

 Del otro lado del río
la aparición le seguía,
y lo que el pescador hacía
el fantasma con más brío
le imitaba en el vacío
como sombra neblinosa,
semejaba la horrorosa
y movediza presencia
al malo, que con urgencia
le llamaba hacía su fosa.

Abacú, cogió sus cosas
maldiciendo al ente aquel
que le erizaba la piel
con su figura  borrosa,
y rezó una generosa
oración a San Gabriel,
pa` que ahuyentara a Luzbel
y tranquilo lo dejara,
que el espanto se alejara
¡No quería tratos con el!

La sombra aquella borrosa
se quedó a orillas del río,
y rumbo del caserío
jaló Abacú con sus cosas;
mientras una vaporosa
húmeda y blanca cortina,
pálida y tenue neblina
se tragó al engendro aquel,
y Abacú sintió  su piel
como carne de gallina.

- Y esto ocurre. Me comenta
cuando acudes a pescar,
o si vas a Acamáyar
en las noches de tormenta.
El fantasma se presenta
como fiel acompañante
con incitador desplante
a contagiarte el horror,
el vil Atarrayador
se te presenta al instante.

10.07 Hrs.  15 de Mayo del 2003.
Xalapa, Ver. En el Paseo de Los Lagos.






Nota:
 * Chonear, pescar por la noche con redecilla y a la luz de un candil o linterna sorda, chacales, burros, Güeritos, Chalilas, acamayas, Guapotes y Güevinas.
*1 Chalilas, camarones de brazos delgados y largos.

En estas décimas me acorde de mi amigo Abacú Rivera. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario