EL
ATARRAYADOR
Esta
historia me contó
Abacú,
un buen amigo,
el
mismito fue testigo
pues
con el ente topo
cuando
en la noche salió
a
Chonear* al Río Cazónes,
zurrándose
en los calzones
por
el susto que le dio
una
sombra que brotó
imitando
sus acciones.
Abacú,
bueno pa`l río
salio
a buscas acamayas
y
cargando su atarraya
se
dijo.- Hoy que hace frío
voy
en busca de lo mío,
unas
Chalílas*1 matreras,
ahí
mero en las chorreras
echare
mi redecilla
y
puéque jale a la orilla
mi
almuerzo, o lo que prefieras.
Anduvo
por un buen rato
atarrayando contento,
sintiéndose
en su elemento
como
en la laguna un pato;
pero
su destino ingrato
vil
sorpresa le tenía,
se
le atravesó en su vía
“El
Atarrayador” espanto
del
que le contaba tanto
el
viejo José María.
-
Abacú, le decía el viejo.
cuando
vallas a Chonear
que
no te valla a espantar
el
Atarrayador pendejo,
el
bicho asusta parejo
más
si te haya descuidado,
a
muchos los a espantado
sorprendiéndolos
de plano
por
eso te digo hermano,
ándati haya con cuidado.
Y
ahora sintió escalofrío
al
vislumbrar la presencia
del Atarrayador, esencia
de
lo malsano de río;
quien
le produjo un vacío
en
la panza y en el pecho,
se
sintió todo desecho
al
oír del otro lado
como
un eco reflejado
los
ruidos por un buen trecho.
Cosa
curiosa, se dijo,
este
engendro que me imita
allá
en la orilla se agita
imitándome
de fijo;
-
¡ Porque no busca cobijo
con
otro que no seda yo!
¡ya
este espectro me fregó!
¿Por
qué se empeña en seguirme
con
su sombra maldecidme
cual
mendiga maldición?
Del
otro lado del río
la
aparición le seguía,
y
lo que el pescador hacía
el
fantasma con más brío
le
imitaba en el vacío
como
sombra neblinosa,
semejaba
la horrorosa
y
movediza presencia
al
malo, que con urgencia
le
llamaba hacía su fosa.
Abacú,
cogió sus cosas
maldiciendo
al ente aquel
que
le erizaba la piel
con
su figura borrosa,
y
rezó una generosa
oración
a San Gabriel,
pa`
que ahuyentara a Luzbel
y
tranquilo lo dejara,
que
el espanto se alejara
¡No
quería tratos con el!
La
sombra aquella borrosa
se
quedó a orillas del río,
y
rumbo del caserío
jaló
Abacú con sus cosas;
mientras
una vaporosa
húmeda
y blanca cortina,
pálida
y tenue neblina
se
tragó al engendro aquel,
y
Abacú sintió su piel
como
carne de gallina.
-
Y esto ocurre. Me comenta
cuando
acudes a pescar,
o
si vas a Acamáyar
en
las noches de tormenta.
El
fantasma se presenta
como
fiel acompañante
con
incitador desplante
a
contagiarte el horror,
el
vil Atarrayador
se
te presenta al instante.
10.07
Hrs. 15 de Mayo del 2003.
Xalapa,
Ver. En el Paseo de Los Lagos.
Nota:
* Chonear, pescar por la noche con
redecilla y a la luz de un candil o linterna sorda, chacales, burros, Güeritos,
Chalilas, acamayas, Guapotes y Güevinas.
*1
Chalilas, camarones de brazos delgados y largos.
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