A UN VAQUERO SERRANO
Después de montar al moro
que le arrimo las espuelas,
como con dolor de muelas
saltó luego con decoro,
¡Este penco es mi tesoro!
me dije y encarrerádo,
me pasé pa` l otro lado
del camino del aguaje,
iba estrenando mi traje
¡Vaquero enchaparrerado!
Sombrero de Tantoyuca
que con cuero
ribeteado,
luzco trayendo atorado
el barbiquejo en la
nuca
que a mi cabeza la
zuca
con afecto, pues lo
siento
cual principal
elemento
de mi imagen de
vaquero,
por eso es que a mi
sombrero
lo luzco con
sentimiento.
De Zacualtipán mis
botines
untados a mis
tobillos,
tal ves dirán muy
sencillos
más me pongo
calcetines,
y los huso pa` los
fines
de mis genuinos
quehaceres,
¡Soy vaquero! y mis
deberes
son ser jinete
genuino,
y recorrer el camino
en mañanas y en
ayeres.
De lechuguilla mi
reata
Chavinda, la tres
hilos,
también huso de
pabilos
pitiada cual
Mazacuata,
aquí se los digo en
plata
pa` la lazada soy
bueno,
en lo propio y en lo
ajeno,
me encanta el fuste
quemar,
y a las vaquillas
lazar
aunque el corral esté
lleno.
Amarrado del bozal
mi cabestrillo
entorchado
de crin de potro
capado
pa` que no se sienta
mal
mi Moro, que en el
corral
se luce por pajarero,
pues se les nota el
esmero
cuando anda entre el
ganado,
más si se siente
montado
por este su mero mero.
Luego del rudo trabajo
ya de tarde, me
retiro,
suelto despacio un
suspiro
musitando en tono
bajo.
- Vámonos Cuaco al
atajo
este día ya se acabó.
y mi caballo entendió
pues marcando un
trotecito,
se fue por el caminito
que a mi casa me
llevó.
Junio 2003. Xalapa,
Ver. Agri-pa.-
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