martes, 13 de mayo de 2014

A UN VAQUERO SERRANO

Después de montar al moro
que le arrimo las espuelas,
como con dolor de muelas
saltó luego con decoro,
¡Este penco es mi tesoro!
me dije y encarrerádo,
me pasé pa` l otro lado
del camino del aguaje,
iba estrenando mi traje
¡Vaquero enchaparrerado!

Sombrero de Tantoyuca
que con cuero ribeteado,
luzco trayendo atorado
el barbiquejo en la nuca
que a mi cabeza la zuca
con afecto, pues lo siento
cual principal elemento
de mi imagen de vaquero,
por eso es que a mi sombrero
lo luzco con sentimiento.

De Zacualtipán mis botines
untados a mis tobillos,
tal ves dirán muy sencillos
más me pongo calcetines,
y los huso pa` los fines
de mis genuinos quehaceres,
¡Soy vaquero! y mis deberes
son ser jinete genuino,
y recorrer el camino
en mañanas y en ayeres.

De lechuguilla mi reata
Chavinda, la tres hilos,
también huso de pabilos
pitiada cual Mazacuata,
aquí se los digo en plata
pa` la lazada soy bueno,
en lo propio y en lo ajeno,
me encanta el fuste quemar,
y a las vaquillas lazar
aunque el corral esté lleno.

Amarrado del bozal
mi cabestrillo entorchado
de crin de potro capado
pa` que no se sienta mal
mi Moro, que en el corral
se luce por pajarero,
pues se les nota el esmero
cuando anda entre el ganado,
más si se siente montado
por este su mero mero.

Luego del rudo trabajo
ya de tarde, me retiro,
suelto despacio un suspiro
musitando en tono bajo.
- Vámonos Cuaco al atajo
este día ya se acabó.
y mi caballo entendió
pues marcando un trotecito,
se fue por el caminito
que a mi casa me llevó.

Junio 2003. Xalapa, Ver. Agri-pa.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario